Así fue como empecé en el mundo del Jabón Artesanal

Desde hacía algún tiempo que deseaba hacer un blog dedicado a mi nuevo pasatiempo.
La verdad es que hacer jabones es algo en lo que nunca había pensado, de niño mi madre nos contaba como durante la Segunda Guerra Mundial y luego la Guerra Civil Española mi abuela recogía la grasa de los mataderos de cerdos y con la ceniza de la leña hacía jabones que luego intercambiaba por comida u otros productos en el pueblo.

Lo que nunca pensé es que hubiese tenido que recurrir a esto para sobrevivir en algún momento de mi vida. Debido a la situación que se vive en Venezuela, en el 2015 mi empresa dejo de ser un negocio rentable y tuvimos que dedicarnos a otras cosas entre ellas a hacer jabones, pero no fue hasta enero del 2016 cuando me di cuenta que debido a la escasez de productos de primera necesidad podía hacer de esto un buen negocio del cual podría vivir.

Gracias a mis conocimientos de marketing, pude identificar rápidamente cual sería el tipo de jabón que mejor se vendería y podría comercializar con mas facilidad. De esta manera y en honor a mi Abuela Carmen, fue que nació el Jabón Gallego.

Dado que para ese momento el único jabón que se conseguía en el mercado era el jabón azul de lavar ropa (un jabón con ph12 que maltrata la piel a personas que no son delicadas de la piel), pensé que sería buen idea crear un jabón que contrarrestara los efectos negativos de usar este producto para el aseo personal.

Luego de algunos experimentos logré hacer una fórmula, que me permitía ofrecer un jabón de calidad, elaborado con ingredientes naturales y propiedades humectantes y regenerativas, que suaviza la nutre la pies. Sin aditivos químicos, de color y aroma natural.


Al inicio fue un poco complicado venderlo, pero el escepticismo y desconfianza de las personas fue superado por la calidad inigualable del producto. Y así en pocos mese la sala de mi casa y la cocina eran una fábrica de jabones donde hacíamos, unos 1.500 a 2.000 jabones semanales.

Al inicio, los hacía con el proceso en frío, pero debido a que necesita hacer de esto un negocio rentable, tuve que aprender a elaborarlo en caliente.

Debo decir que casi nadie hace este procedimiento (en caliente), y es que entre muchos factores (principalmente estéticos) es muy laborioso y requiere bastante trabajo lograr un buen acabado y buenos resultados, fueron 2 semanas de buenas y malas experiencias, jabón cortado, moldes quemados, desastres en la cocina, traté de hornearlos, cocinarlos a baño de maría, etc.

Hasta que finalmente conseguí la forma de hacerlos una y otra vez logrando que quedaran siempre igual, luego logré perfeccionar los moldes y así poco a poco me fui familiariazando con este método que me permite tener jabones listos para usar en menos de 24 horas.

Claro es importante saber que no funciona con todas las fórmulas y todo tipo de jabones. Uno de mis Jabones favoritos es el Jabón de Trisquel, por ejemplo, requiere cocinarse 2 horas y 3 meses de Curado. Pero el resultado es excelente. Vale la pena el esfuerzo.

Y a la final creo que eso lo que lo hace interesante y a la vez emocionante, es como hacer una obra de arte, cuanto mas lo haces mejor queda y cuanto mas complejo y laborioso es mas emocionante.

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Saludos totales!

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